No es ni mejor ni peor que otras, como indica el título del artículo, es mi masa de pizza. No la que he inventado yo, repámpanos, solo la que hago en casa cuando tengo tiempo y ganas. A unos les gustará más crujiente, pero esta es blandita y esponjosa. Y me he animado a compartirla porque no hace mucho tiempo que, gracias a ese sitio mágico que se llama El foro del pan, descubrí el método de horneado que la deja absolutamente perfecta (en el grill… en serio, y en solo 2 minutos. Os explico más abajo). La hago con masa casera, claro está, con tomate frito casero (nunca uso de bote) y con orégano del jardín de mis padres. No tengo queso casero, pero todo llegará. Y luego tendré que pasar a criar la vaca yo misma… ejem.
La receta es más o menos la de Peter Reinhart en su libro El aprendiz de panadero, con el añadido de sémola según aconsejan los chicos de Madrid tiene miga. Que sepáis que una buena masa casera con un método acertado de horneado puede parir una pizza de impresión, aún con la simpleza de la margarita, sin más que tomate y queso.
- 500 g de harina panadera de El Amasadero
- 60 g de sémola
- 400 g de agua
- 5 g de levadura seca de panadería (*)
- 60 ml de aceite de oliva
- 1 cucharadita de sal
- Queso manchego o castellano semicurado, rallado in situ, al gusto
- Tomate frito casero
- Orégano
- 1 chorrito de aceite
- Se mezclan en un bol la harina, la sémola y el agua. Se dejan reposar, tapadas, 20 minutos para autólisis.
- Se añaden los demás ingredientes y se amasa bien, a mano o con amasadora (8-10 minutos), hasta que la masa pase la prueba de la membrana. La masa debe estar blanda y algo pegajosa, nunca seca.
- Se hace una bola con la masa y se pone en un cuenco aceitado. Se tapa y se deja fermentar en bloque lo que haga falta, hasta que más o menos doble el volumen (**).
- Cuando ha fermentado, se desgasa bien apretándola con la mano sobre la encimera, se hace un rollo y se cortan 6 porciones individuales (yo lo hago a ojo). Se hace una bola con cada una. Las que no voy a utilizar las envuelvo bien en plástico de cocina, las aplasto en forma de torta y las congelo para un día lluvioso, como dicen los americanos (***).
- Las que voy a preparar las estiro sobre la encimera espolvoreada con bien de sémola, primero aplastándolas con la mano. Luego estiro un poco poniéndomelas sobre los nudillos, o cogiéndolas por el borde y girándolas, dejando que la gravedad haga el trabajo. Si la masa tiene mucha fuerza y no se deja estirar, ya sabéis que no hay más que dejarla descansar un poco sobre la mesa.
- La masa estiradita se pone sobre una tabla o pala bien espolvoreada de sémola y se añade la cobertura que se quiera.
- Se pone entonces a calentar el grill del horno, a tope, y se hornea la pizza tal como os indico en este artículo de Pepekitchen. Os va a dejar completamente epatados.
** Para cenar pizza hago la masa por la mañana. La vigilo y cuando ha crecido como mínimo la mitad de lo que debe, la suelo meter en el frigo a retardarla unas cuantas horas. Luego saco la masa como una hora antes de hacer la pizza y ya está (en invierno será necesario algo más de antelación).
*** Las pizzas congeladas yo las saco a que descongelen a temperatura ambiente por lo menos 1 hora antes de hacerlas para este tamaño de pizza individual, de unos 170 g de peso. Si dividís la masa en pizzas más grandes, os llevará algo más de tiempo descongelarlas. También se les puede dar un ligero toque de microondas para acelerar la descongelación, pero con mucha precaución. Que los microondas los carga el diablo.
El resultado con mi masa de pizza y el método de horneado en el grill es una pizza tierna, crecida y esponjosa (mirad los alvéolos en la foto), con una costra crujiente de queso tostadito. Para chuparse los dedos… hasta de los pies.
Si os gusta la pizza, seguro que os gustan las cocas, aquí tenéis en el blog:
¿Te ha gustado esta entrada? Comparte con los botoncitos o suscríbete para recibir mis recetas recién hechas por correo o por RSS.